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Alejandro Cappuccio llevó a Rentistas a ser inédito campeón uruguayo por primera vez en 87 años de vida. La historia de un DT, que no vive del fútbol, marcado por entrenadores argentinos. “El Estudio Jurídico no lo largo: los técnicos somos descartables…”, le contó a Olé.

Tránsito liviano por la avenida General Flores. Demasiado. Un grupo de gurises fervorosos, entrada la medianoche, rompe el silencio profundo en el Cerrito de la Victoria con un puñado de fuegos de artificio. En el interior del club, detrás del patio que recibe cada verano los tablados del Carnaval, un grupo de botijas juega desentendido al metegol mientras, en la cantina, una decena de veteranos pispea entre viejas copas y telarañas, la vuelta olímpica de sus Bichos Colorados en el mítico Estadio Centenario. El estado de shock y pandemia es tal que la histórica y fantasmal caravana por las calles de Montevideo muere antes de nacer.

Después de vencer en desempate al poderoso Nacional por 1-0 con golazo de Gonzalo Vega (a quien había hecho debutar en la Primera del Bolso el mismísimo Marcelo Gallardo), Rentistas se llevó el Apertura y celebró su primer título en 87 años de vida. Los festejos quedaron encerrados en el vestuario. “A la 1.30, a las 2 como mucho, ya me había acostado. Tenía que madrugar, je…”, le reconoce Alejandro Cappuccio a Olé, DT del Renta (por el origen bacán de sus fundadores) que apenas recorrió un par de metros y se tiró a dormir en su casa del Parque Battle y Ordóñez. Como su tropa, que apenas perdió un partido de los últimos 23 (ascenso incluido), su despertador no perdona. “Habitualmente, me levanto a las 6, media hora después salgo para el Complejo donde me quedo hasta las 13. Ese lapso incluye contacto con Sanidad, planificación, entrenamiento, videos, ducha rápida y, de ahí, al Estudio Jurídico sin escalas hasta que termine el trabajo…”, agrega el joven y multifacético entrenador revelación del fútbol charrúa.

Fuente/Nota completa: Olé